jueves, 1 de julio de 2010

La línea renacentista

Se puede decir que dentro de la evolución renacentista, existe una línea de "genealogía" maestro-alumno a lo largo del tiempo. Posteriormente esto sigue teniendo su importancia, pero no tan central ya que la imprenta también entra con fuerza en la música.

La música renacentista como tal aparece en la llamada Escuela Borgoñona en el siglo XV, y uno de sus primeros compositores fue Gilles Binchois, gran melodista pero con tendencia a la simplificación formal, cuya obra fue reutilizada con asiduidad en tiempos posteriores.



También de la Escuela Borgoñona es Johannes Ockeghem, que estudió con Gilles Binchois, del que fue un gran admirador, componiendo una emotiva misa a su muerte. Fue uno de los compositores con mayor técnica, de forma que creó composiciones complejas polifónicas, pero manteniendo una claridad que contrasta con las polifonías complejas medievales.



Josquin des Prez fue otro miembro de la Escuela, estudiando contrapunto con Johannes Ockeghem. Considerado el más grande compositor de su época, influenciando a todos los compositores posteriores, más allá de sus alumnos.



Alumno de Josquin des Prez fue Nicolas Gombert, que se puede considerar como el segundo más influyente de la generación trás su maestro.



En paralelo, está Jean Moutón, posterior a Josquin des Prez, con el que comparte muchas formas, pero en un estilo más monótono.



Alumno del anterior fue, Adrian Willaert, flamenco, pero fue uno de los iniciadores del estilo en Italia, fundando la Escuela Veneciana.



Andrea Gabrieli, veneciano, fue alumno de Adrian Willaert, siendo el primer gran representante nativo de la Escuela Veneciana.



Los dos de los tres grandes del final del renacimiento, Palestrina y Orlando de Lasso, fueron aprendiendo no directamente con estos grandes compositores previos, sino de los movimientos que crearon en sus respectivos lugares de nacimiento, Italia y Paises Bajos, respectivamente.





Y para terminar, Tomás Luis de Victoria, el español, que fue alumno de Palestrina en Roma.

martes, 29 de junio de 2010

Renacimiento

El Renacimiento se puede definir de dos formas, una de ellas es la recuperación de las formas artísticas clásicas, grecorromanas, de ahí lo de renacimiento, de un reencuentro con esa tradición del sur de Europa, y la otra es la difusión del ideal humanista, con el desarrollo de las ciencias y las artes sin cortapisas para los creadores.

En la música, la primera definición es discutible, porque salvo excepciones nacionales, el común de la música occidental ha evolucionado técnica y estilísticamente hacia mejor a lo largo de los siglos, mejor no tanto como un concepto subjetivo de gustar más o menos, sino de crear una serie de recursos musicales que serían impensables tiempo antes, una melodía monocorde puede ser bonita, pero nos quedamos en eso hasta que se desarrolla una cierta polifonía, y en ese momento ya tenemos dos opciones, igualmente, una melodía de contrapunto es bonita, pero complicada para tratar un tema en comparación con la versatilidad de la polifonía desarrollada con voces subordinadas.

Podemos suponer lo que fue la música militar en tiempos clásicos, pero desconocemos lo que pudo ser la música no militar, y lo que se desconoce no se puede recuperar, por tanto un renacimiento musical en este sentido es absurdo, pero lo que sí sabemos es que no debió tener gran complejidad técnica, por ausencia de una notación desconocida. Parece mentira pero una de las razones del gran desarrollo musical es la notación moderna, que es la forma de que los músicos investiguen los recursos usados por otros más allá de los simple que escuchen sus oídos.
En tiempos helénicos, hubo escuelas que estudiaron la música como un conocimiento mágico, y es seguro que existió una notación, pero estos eran conocimientos esotéricos, o sea de naturaleza escondida, y para el desarrollo del conocimiento humano, lo esotérico no deja de ser una curiosidad, con poca incidencia real, por tanto no se le debe tener en cuenta.
Viéndolo así, la música "teatral" no podía ser algo complejo, necesitaba ser aprendido de memoria por el intérprete por repetición, careciendo de esa notación que ayudaría para cosas más complejas.

Descartamos pues el renacimiento musical como recuperación de arte musical clásica, lo que no existe o lo que nos es desconocido no puede renacer.

Sin embargo, está el otro punto de vista sobre el renacimiento, el ideal de humanismo, el europeo no buscaba el clasicismo porque sí, por gusto, sino por el mito de que en tiempos del Imperio todo era mejor, una edad dorada, los hombres (los que se pueden considerar hombres) eran más libres, más cultos, más poderosos, en contraposición con el oscurantismo de la Edad Media, que aunque hoy sabemos que ni fue tan oscura, y que su transición con el Renacimiento fue muy sutil, en ese momento se podía ver como una época oscura. El caso es que buscan lo clásico por ver si así se les "pega" algo de esos ideales humanistas que buscaban, que ellos creían representados únicamente en la cultura clásica, pero al final lo esencial del renacimiento es liberar al hombre, y que el hombre cree, porque tiene derecho, es el centro de la creación.
En las ártes musicales medievales, el canto religioso era muy estricto, la música cortés también, y la música popular ni se tenía en cuenta, en cambio los compositores renacentistas componen indistintamente música sacra, popular, cortesana, y poco a poco desarrollan estilos, técnicas que enriquecen la música, y esencialmente, los músicos se convierten en protagonistas, sabemos sus nombres, y aunque en realidad se conocen nombres de músicos de la Baja Edad Media, la separación de esta última con el Renacimiento es muy arbitraria, se puede decir que la Baja Edad Media era bastante renacentista (o el Renacimiento bastante medieval).

Los lugares dónde sucede todo esto, primeramente en la Borgoña, y en el otro extremo los Estados comerciales italianos, los dos extremos de las rutas comerciales europeas, y por extensión a zonas cercanas, como noreste de Francia, Inglaterra, España por ser zona de paso marítimo entre ambos lugares.