lunes, 9 de agosto de 2010

"Las vísperas sicilianas", de Verdi

Cuenta la tradición que allá por el año 1282, justo antes de empezar la misa de vísperas del Lunes de Pascua, se congregaban los fieles delante de la Iglesia del Espíritu Santo de Palermo para entrar a los oficios, pero llegó un grupo de franceses borrachos que empezó a molestar a una joven, a pesar de estar públicamente casada. Ya sabemos cómo se las gastan los sicilianos, así que el marido de la joven, apuñaló al francés que protagonizaba las injurias contra su esposa, los demás franceses fueron a vengar a su compañero, pero la multitud de palermitanos lo impidió, dando muerte al grupo de franceses en el momento en que las campanas de los oficios sonaban en toda la ciudad.

Sicilia, tras ciertos líos políticos, hacía poco que había sido conquistada por el ejército del rey francés Carlos I, cosa que en principio a los sicilianos no les importaba demasiado, tras ser dominados por árabes, normandos y por el mísmisimo emperador Federico II, pero lo de los franceses pasaba de castaño oscuro, porque aumentó los impuestos grademente, e impuso una administración totalmente francesa, ignorando a los nobles locales, cuándo no directamente insultándoles, en una actitud totalmente tiránica por parte de los franceses.

Tras el estallido, los tumultos se extendieron por Palermo, matando a cada francés que encontraban a su paso, situación que se extendió por toda la isla, que termina con la liberación del yugo francés, aunque sea bajo la protección del reino de Aragón, aunque esta parte ya queda fuera del sentido de la ópera.

Giuseppe Verdi, fue un nacionalista italiano, algunos consideran que un heroe de la unificación italiana, aunque fuera desde la composición y no desde las armas, y como tal se considera el coro "Va pensiero" de Nabucco, los judíos exiliados en Babilonia por Nabucodonosor, simil a la situación por la dominación austriaca de grandes zonas del norte de la peninsula itálica.

"I vespri siciliani" es también otra obra de Verdi con esa intención política, aunque en este caso era una dardo directo contra el reino borbónico de Las Dos Sicilias, sin suberfugios como fue la anterior Nabucco contra los el Imperio Austriaco, toda la península, desde los Alpes hasta Sicilia, con independencia de si sus señores son borbones, austriacos o papales, deben estar bajo el mismo reino, en este caso, bajo la casa de Saboya, reyes de Piamonte.

La ópera fue estrenada paradójicamente en París, a pesar de hablar de la tiranía francesa, pero claro, por una parte a la Francia post-revolucionaria le gusta hablar de nueva forma de ver la política, y por otra parte (y esencialmente), Francia ya no tenía mucho que perder en la península itálica, pero sí que ganar con un nuevo estado que se enfrente directamente desde el principio a los austriacos, una Italia que le deba su existencia a Francia.
Sin embargo, en zona italiana, Verdi no pudo estrenar la ópera como tal, sería peligroso por ser abiertamente subversiva, así que cambió el libreto y lo llamó "Giovanna de Guzman", situada en Portugal bajo dominio español en el siglo XVII.

Obertura:


"Mercé dilette amiche" por María Callas: