domingo, 21 de febrero de 2010

Sinfonía fantástica de Berlioz.

Aunque no llego a los extremos de aborrecimiento de Isadora por Hector Berlioz, tengo que decir que siempre ha sido un compositor que no me llamó mucho la atención, para mí es un ejemplo del "mal romanticismo", el del artísta que se cree en la total libertad de hacer lo que sea bajo la excusa de la busqueda de un arte puro, que es la cruz de la moneda del movimiento romántico, la de barbaridades que se han hecho con excusas tales, y no sólo en la música, sino en todas las artes, incluso en las propias vidas de los artistas. Vamos, que me aburría de tanta pomposidad vacía.

La sinfonía es de cinco movimientos, en vez de los habituales cuatro, y está inspirada en un amor fallido de don Hector, una actriz de teatro, y el argumento es un joven (Berlioz tenía 27 años al componerla) que desesperado por un amor fallido se da al opio y empieza a tener sueños, uno por movimiento.

1º Rêveries. Passions
2º Un Bal
3º Scène aux Champs
4º Marche au supplice
5º Songe d'une Nuit de Sabbat

En el primer movimiento introduce la situación, la intoxicación y los sueños que va a tener.
Los siguientes movimientos son los sueños, en los que siempre aparece la amada provocando malos momentos de una forma u otra al protagonista, pero mientras que en el segundo pueden ser sólo nervios, todo va empeorando llegando a momentos de locura en el quinto movimiento, en el que se celebra un aquelarre para celebrar su propio funeral, que él vé, por eso se le llama a veces "Dies irae" a este movimiento, porque de fondo de escucha la melodía de uno significando el momento de la misa requiem.

Berlioz toma la idea del Leivmotiv romántico, y la llama "idea fija", y en la obra la idea fija siempre es la amada, que aparece como un clarinete para sufrimiento del joven.

El quinto movimiento, es el más conocido, y evoca la situación de un aquelarre de magos, brujas y demás entes fantásticos saturando de melodías contrapuestas, el Dies irae de fondo, las campanas de su funeral, melodías locas del aquelarre.

Personalmente, veo mucha fanfarria para una idea que no da para tanto, y a veces llega a momentos grotescos, en que te puedes imaginar a las brujas bailando can-can, algo fuera de lugar, ¿no?



Al final, con estas cosas se llega al tópico romántico de que el movimiento romántico fue creado por unos fracasados amorosos que no aguantaban que le dijeran que no.