jueves, 28 de mayo de 2009

Tom Petty



















Una piezas rápidas.

¿Quién dijo que las piezas tienes que ser largas para ser grandes?

Aquí va una, el Vals del minuto de Chopin:



También conocido por el Vals del perro, porque es una metáfora de un perro persiguiendo su cola.
Ni que decir tiene que no dura un minuto, sino más, dependiendo de la velocidad...ahora eso sí, si alguna ves veis algún “listo tocandolo en medio minuto”, por favor, insultadle de mi parte, porque ese no es otra cosa sino un chulo que encima no sabe que esto no es para dárselas de dedos rápidos...recuerdo hace años, que eso mismo lo hizo el actual presidente de “La Secta”.

Otra cortita, no ya tanto para comentar sino para rellenar porque las piezas son cortas, aunque no se merece el no ser comentada, el Rondo a la turca de Mozart.

martes, 26 de mayo de 2009

Barcarola de Offenbach.

Tengo que confesar una cosa, aunque me encanta la música cantada, el género músical rey de la música cantada es algo con lo que no puedo, es que lo admito, no puedo con la ópera, eso no significa que no me guste la ópera, pero no soy capaz de estar toda la representación parado, así que para mí lo ideal es un CD y un DVD y hacer descansos y seguir en otro momento.
Ayuda mucho a ello (mi problema con la ópera) el que de todos los cantantes que te puedes encontrar, los de óperas son los más egocéntricos que te puedes cruzar, quedando toda la música subordinada a los gorgoritos de una persona que canta bien y no sabe actuar, o sabe actuar pero no canta bien (excepciones, la Callas, Kraus)...a veces tengo la impresión que ese tópico de la rotundidad física de los cantantes de ópera (aunque es falso), pudiera provenir de que sus cuerpos ya no pueden crecer más hacía arriba, y tienen que hacerlo hacia los lados para que quepan sus egos en el interior de sus cuerpos.

Después de estas “crueles críticas”, también tengo que admitir que hay excepciones, y momento en la ópera que por si mismos merecen un sitio en la música del mundo.
Antes de ahora ya había hablado de trocitos de óperas, más bien oberturas y trozos orquestales, pero partes vocales no...pues ya no hay que esperar más, que aquí va una, la barcarola de la ópera “Los cuentos de Hoffmann” de Offenbach:



La historia de la ópera es muy original, Hoffmann está enamorado de Stella, que es cantante de ópera e interpreta Don Giovanni en un teatro cercano, mientras él está en una cervecería y cuenta las historias historias de sus tres amores, aunque en realidad todos se refieren a Stella. También hay un triangulo amoroso, pero en realidad para explicar esto es algo secundario. (Todo esto se trata en el prologo y el epílogo). Cada acto es un lugar, una mujer y un cuento distinto.
El acto primero se refiere a Olympia, en París.
El acto segundo se refiere a Antonia, en Munich.
El acto tercero se refiere a Giuletta, en Venecia.

Pues es en Venecia donde se desarrolla la barcarola, porque ¿qué es la barcarola? una barcarola es la canción de los gondoleros, que sigue el tempo moderado del remar del gondolero.

Eric Clapton.

Otra voy a salir del genero, por una linda tonada (jejeje, tonada), porque me apetece y por cosas que hoy he vivido, y las canciones para mi siempre tienen que ver con el estado de uno, la canción es, “My father eyes” de Eric Clapton:

El amanecer de Grieg.

Ya comenté algo por aquí de la Suite Peer Gynt de Edvard Grieg, aquello de "En la cueva del rey de la montaña" o "El entierro de Ase", pues a ver, mirad que cosa tan bonita para despertarse:



Primero aparecen los rayos del sol, se nota como la luz va apareciendo, el sol asciende, se nota en la incorporación de elementos, en un súbito ascenso del volumen de interpretación.
Cuando ya sabemos que el sol está fuera, notamos el despertar de los pajarillos, primero perezosos, luego se levantan lentamente, uno tras otro, abren sus alas, y empiezan a cantar, como hacen los pajaros al principio del día, luego todo se serena y el día comienza en ese preciso instante cuando la pieza termina.