viernes, 6 de febrero de 2009

Albéniz, Suite Española.

¡Buenas!
Hoy comentario sencillo.
Sencillo no tiene ningún significado despreciativo, sino que hay comentarios más fáciles que hacer que otros por la orientación que tiene la música, toda música tiene un sentido, y evidentemente la música que se siente es aquella en las que sobran las palabras y es más importante escuchar que saber, porque realmente no hay muchas palabras que decir.
Realmente las obras que más se prestan al sentimientos son las suites, de las que he comentado algunas, en este caso toca la Suite Española de Isaac Albeniz.
Originalmente es una suite para piano en ocho partes, pero con el tiempo se le fueron añadiendo otras partes procedentes de otras obras, como de la Suite Iberia, esto es así porque hizo muchas piezas sobre sus viajes, y la Suite Española es una de sus agrupaciones, pero igual se pueden encontrar piezas como Navarra o Málaga en ella.
Las piezas son una evocación de sentimientos sobre sus viajes, teniendo en cuenta los ritmos de los lugares, por ejemplo, es claramente identificable el ritmo en Cádiz o en Cuba.
Los trozos más conocidos son Asturias, Sevilla, Granada y Cádiz, y de ellos con diferencia el que más es Asturias.
Ahora se tiene una conciencia moderna sobre Asturias donde todo son vacas y gaitas, es lo que tiene lo de las autonomías y querer reafirmarse frente al resto del país como una identidad propia, que no digo que no tengan los asturianos identidad propia, pero al escuchar la pieza “Asturias” se le ve como algo integrado en España, con su propio cariz, un cariz oscuro y algo misterioso, pero se ven similitudes con las demás piezas.
Albéniz era catalán, gerundense, y claro, también tiene que homenajear su tierra, pero eso no quita que también le dé un carácter español, dentro de la Suite Española, y rodeada de Aragón, de Castilla, de Asturias, de la plana mayor andaluza y de la mismísima Cuba.
Como dije, es originariamente para piano, pero son casi más conocidas sus interpretaciones en guitarra, como estas:
Granada:



Cataluña:



Sevilla:



Cádiz:



Asturias (sin duda la más famosa):



Aragón (ni la encuentro para guitarra).

Castilla:



Cuba:




Para piano se pueden encontrar algunas.

Granada:

Sevilla:

Cádiz:

Asturias:

Aragón:

Castilla:

Asturias en piano es algo infernal de tocar, yo lo he intentado, y con guitarra lo conseguí, aunque algo deficientemente, pero con piano me fue imposible.
Los enlaces son de variado pelaje, siento que sea así, pero es lo que hay.

Vamos a ver, me apetece...

Esta maravillosa guitarra de Mark Knopfler:

miércoles, 4 de febrero de 2009

Ya va oliendo a incienso en Campana.

En la calle:


En estudio:


U orquesta:

martes, 3 de febrero de 2009

¿Y la música en tiempos actuales?

Aunque no está bien que ponga comentarios tan seguidos, que luego me gasto, hoy me apetecía poner otro. Para ser sinceros lo hubiera puesto ayer, pero ya hubiera sido demasiado precipitado y además tenía un problema de enlaces, que no encontraba enlaces de lo que buscaba y tuve que hacérmelos yo mismo.

Bueno, al tema.

El único compositor realmente moderno del que he hablado ya, es Samuel Barber, y la obra que puse, realmente conocida, el “Adagio para cuerdas” se puede decir que entra sin ningún tipo de condicionamientos en el clasicismo, pero en el siglo XX han pasado muchas más cosas en la música culta.

Hablamos de dinero ¿cómo sobrevive un músico?
Se puede decir que como en muchas otras artes, durante siglos han sobrevivido por mecenas, ya sean religiosos si eran obras sacras, o nobles si eran obras de entretenimiento, a eso se le llama trabajar por encargo...era muy común el puesto de director de coro u organista para tener una estabilidad económica.
Existen las obras que uno compone por gusto, sin afán de que sean interpretadas.
También está cuando uno trabaja por cuenta propia, compra un teatro y vive de las actuaciones que da, aunque claro, terminaban arruinados casi todos.
Realmente este trabajo siempre ha sido una ruina, Mozart acabó muy mal, Bach dejó a su viuda con una mano delante y otra detrás, Haendel se arruinó varias veces, y muchos casos más.
Pero aparece la ópera moderna, con Verdi (y Wagner en menor medida), el pueblo empieza a ir a los teatros a escuchar historias teatrales cantadas. En España pasó algo similar con la zarzuela.
Luego la música culta pasó a estar subvencionada por el Estado (como pasó en la URSS por ejemplo).
Pero atención, se generaliza comercialmente la música popular, esos que hasta hace poco han ganado fortunas por vender discos.
La música culta tiene apenas pocos caminos para sobrevivir:
- Hacer trabajos más populares para sobrevivir y componer música culta a perdida.
- Trabajar en temas relacionados pero no directamente compositivos (profesores de música, dirección de orquestas, arreglos).
- Vivir de subvenciones o premios.
- El cine.

Y es el cine de lo que quiero hablar, porque aunque evidentemente el cine representa una “popularización” de la música culta, hay casos especiales de composiciones que realmente están a la altura del resto de la música culta, cosa que también depende mucho de lo comercial que sea la película, más comercial implica más popular.

En esto nos encontramos con Michael Nyman, que aunque un purista lo expulsaría a las tinieblas exteriores de la música, yo no llego a tanto y se puede considerar que su música entra dentro del clasicismo (o casi). Tampoco es que sea de mis preferidos, porque lo veo muy “pastelero”, que quiere decir que suele seguir caminos muy facilones, pero eso no quiere decir que todo lo que ha hecho sea igual, hasta un pastelero torpe hace un pastel rico de vez en cuando, aunque sea por casualidad.

No voy a hablar de “Las lecciones de piano” de Michael Nyman, aunque para quién tenga ganas de escucharla aquí dejo esto:



Hablaré de la Banda sonora de la película “Drowning by numbers” (1988) de Peter Greenaway ("Conspiración de mujeres” en castellano).

El estilo compositivo de Nyman es el minimalista, y habrá quién lo sepa, pero para quién no lo sepa el minimalismo es la orientación artística que promueve la desaparición de lo accesorio y quedarnos con lo esencial, de forma que se esquematice, es el arte de quedar con lo mínimo imprescindible.

La banda sonora de “Drowning by numbers” es un ejemplo de minimalismo musical, que se caracteriza por:
- Repetición continua frases musicales cortas, con mínimas variación.
- Movimientos lentos.
- Busqueda de una armonía tonal.
- Rítmica constante, cadencioso.

Aunque claro, no todas las canciones siguen a rajatabla estas características (sobre todo la lentitud, que en un par de casos es rápida), pero en todas se observa el respeto por el mínimo, siempre muy esquemático y repetitivo, buscando la armonía, que unifica toda la obra.

Los enlaces por orden:












El último audio es el de los títulos de crédito, que como suele pasar muchas veces es un popurrí hilando los temas de los diferentes corte, en el se vé muy claro la unidad de la obra.

Saludos...el próximo día volveré a ponerme serio y dejaré estas veleidades cinematográficas modernas.

"Requiem" de Mozart.

De una proposición sobre el requiem, vino esto:

Como lo prometido es deuda, una ración de Requiem.

Aunque la leyenda que se ha creado sobre Mozart es algo digno de ser estudiado seriamente, sobre todo después de la película que directamente le dejaba como un ser profundamente anormal, la verdad es que el personaje estaba para que le dieran unas cuantas sesiones de psicoanálisis en caso de haber coincidido con otro austriaco insigne como Sigmund Freud (que por cierto nació en 1856, y Mozart en 1756).

Sigamos con la leyenda, que dice que:
Cierto día a mediados de julio de 1791, se presentó en casa un desconocido, misterioso, vestido de gris, que rehusando identificarse, encargó a Mozart un requiem para ser entregado en el plazo de un mes, para lo que dio un adelanto de dinero, quedando el resto a pagar en la fecha de entrega.
Pero antes de ese plazo, Mozart tenía que viajar a Praga para componer una obra para el rey de Austria que iba a ser coronado rey de Hungría y Bohemia. Cuando Mozart iba a montarse en el carruaje para realizar el viaje a Praga, se presentó la inquietante figura gris preguntando por su requiem.
Mozart quedó sobrecogido por la situación, ya que estaba obsesionado con la idea de la muerte desde la de su padre, aparte él ya se encontraba bastante mal de salud (que fue lo que varios meses después acabó con su vida) y empezaba a sentirla cercana, además era miembro a de la francmasonería y estaba muy sensibilizado con los temas sobrenaturales , así que esta combinación le llevó a pensar que era la propia muerte la que le pagaba por crear un requiem para su propia misa de difuntos, que ya debía estar próxima.

La realidad es difícil de ver entre tanta leyenda que rodea a la vida de Mozart, pero podemos creer que la historia del encargo es cierta, porque se sabe que fue un empleado de un conde cuya mujer había muerto y quería el requiem para ser interpretado en la misa de difuntos de esta, pero quería que la gente creyera que la obra era suya (del conde), esa es la razón de tanto misterio.
El día en que Mozart se va a Praga, se entera el conde y piensa “Este hombre se va y me deja con el encargo sin hacer”, así que manda a su enigmático encargado a preguntar por lo suyo.
Y va Mozart con todos sus traumas e ideas extrañas metidas en la cabeza y le da por creer que es la muerte que resuella tras de si, y se obsesiona aún más por la muerte, por la suya.

Tanto es así que la obra que compone en Praga “La clemencia de Tito” no gustó ¿sería porque el buen hombre estaba pensando en otras cosas?

Sabemos que el encargo del conde no fue cumplido, porque a la muerte de Mozart el requiem estaba inconcluso.
No sabemos si el conde mandó a reclamar por el encargo, pero aunque lo hubiera hecho no habría recibido el adelanto, porque Mozart hacía tiempo que estaba totalmente en la ruina sin posibilidad de devolver nada (otra de las causas de su desesperación), y tampoco le convenía al conde airear mucho el asunto, porque podía saberse su proyecto de engañar sobre la autoría de la obra.

La obra como digo, quedó incompleta, habiendo sólo completado tres partes (Introito, Kyrie y Dies Irae), de las demás partes dejó incompleto el trabajo, la parte instrumental, los coros, los solistas, el órgano, imcompletos, sin unir. Mozart quiso dejar anotaciones, para que fuera terminado, a su discípulo Franz Xaver Süssmayer, pero estas tampoco las completó.
Süssmayer terminó la obra, rellenó la música allí donde faltaba, unió los elementos dispersos que le había dejado su maestro, compuso totalmente el Sanctus de la misa, y para el canto de comunión reexpuso el tema del Introito y el Kyrie (esto es muy común en las misas, que la melodía de varias partes es la misma, variando en ciertos detalles menores y en la letra del canto).

Ahora, a la pregunta ¿por qué el Confutatis del Requiem pone los pelos de punta? se puede responder:
- Emocionalmente a Mozart el Requiem le ponía los pelos de punta.
- Formalmente todo el Requiem está escrito en re menor, que es una tonalidad oscura, de pesar (otras obras en esta tonalidad que nos ponen los pelos de punta son la “Tocata y fuga en re menor” de J.S.Bach y la Novena Sinfonía de Beethoven).
- También formalmente, y particularmente el Confutatis es una contraposición, de una parte unas voces preponderantemente de hombre, veloces y cantando forte, hablando de rechazo, de maldición, de condenas en las llamas, y del otro las voces preponderantes de mujeres, pausadas y cantando pianisimo, hablando de suplicas y humildad, pidiendo protección eterna al Altísimo, y durante la pieza se producen mezclas, en forma de luchas entre los dos extremos de los fallecidos. Más al final parece vencer la parte de las súplicas a Diós, como resaltando que el bien vence, quizá que son más los que van al Cielo (o eso quería el agobiado Mozart). Este tema de la suplica a la bondad de Dios se repite por toda la obra, en especial en el Lacrimosa.

Esto último lo transmite la obra aunque ni sepamos lo que dicen las palabras que son cantadas, porque la música es intuitiva, crea sensaciones coincidentes con las palabras de los cantos, aunque ni las entendamos por problemas idiomáticos.

Recordando que el requiem no deja de ser una misa católica, y que por tanto tiene las partes de Kyrie, Sanctus, Benedictus y Agnus Dei, pero no Gloria, porque el Gloria sobra en una misa de difuntos por el caríz contradictorio, los enlaces son:


Introito:


Kyrie:


Dies irae:


Tuba mirum:


Rex tremendae:


Recordare:


Confutatis:


Lacrimosa:


Domine Jesu:


Hostias:


Sanctus:


Benedictus:


Agnus Dei:


Luz aeterna:


Como la obra es larga, no me parecía bien poner la letra, pero sí voy a poner la letra del Confutatis, teniendo en cuenta que partes se repiten durante la pieza:
Confutatis maledictis,
flammis acribus addictis:
Voca me cum benedictis.
Oro supplex et acclinis,
cor contritum quasi cinis:
Gere curam mei finis.

Rechazados, malditos,
condenados a las crueles llamas
Llámame con los bienaventurados
Te ruego suplicante y humilde,
con el corazón hecho casi cenizas:
Qué me cuides en mi final.

Saludos.

lunes, 2 de febrero de 2009

"Cuadros de una exposición" de Mussorgsky.

Viktor Alexandrovich Hartmann murió en año 1873 a la edad de 39 años. Él era un conocido artista y arquitecto en los círculos cultos rusos.

A principios de 1874 se hizo una exposición de sus cuadros en la Academia Imperial de Artes de San Petersburgo.
Impresionado por su muerte, su gran amigo Modest Mussorgsky decide hacerle un homenaje musical.

La obra toma forma de suite, de la que ya hemos hablado otras veces, que son piezas independientes y contrapuestas unidas por una temática común...me hace gracia la comparación, pero es el equivalente a un CD actual, que hay canciones diferentes pero comparten algo que las une entre si por encima de su independencia.

La obra es “Cuadros de una exposición”, aunque originalmente se llamó Suite Hartmann, porque no era una exposición cualquiera, sino una exposición de Hartmann.
Mussorgsky tomó diez obras de Hartmann y dibujó música, no existe mejor manera de expresarlo, y creó un tema conductor, “Promenade” que es el andar entre los cuadros de la exposición.

La obra tiene diez cuadros y el “Promenade” que se escucha repetidamente al principio y durante la obra entre los cuadros.

Partes:
Gnomus: el torpe andar de un gnomo.
El viejo castillo: el canto de un trovador en un castillo.
Tullerías: juegos de niños en el jardín.
Bidlo: el andar de una carreta tirada por bueyes
Ballet de polluelos en sus cáscaras: imagen jocosa de dos polluelos.
Dos judíos polacos: imagen antisemita sobre dos tópicos judíos, el avaro y el que no deja de lamentarse.
El mercado de Limoges: charlas de mujeres en el mercado.
Catacumbas: Hartmann visita las catacumbas con dos individuos más, rodeados de oscuridad.
La cabaña sobre patas de gallina: imagen del folklore ruso que incluye a Baba-Yaga.
La Gran Puerta de Kiev: proyecto arquitectónico al estilo ruso.

Y Promenade: el efecto de andar entre un cuadro y el siguiente.

Enlaces de la versión de piano:









Y enlaces de la versión orquestal de Ravel:







Por cierto, a que el Promenade lo conocemos todos.

Saludos.