Aunque no está bien que ponga comentarios tan seguidos, que luego me gasto, hoy me apetecía poner otro. Para ser sinceros lo hubiera puesto ayer, pero ya hubiera sido demasiado precipitado y además tenía un problema de enlaces, que no encontraba enlaces de lo que buscaba y tuve que hacérmelos yo mismo.
Bueno, al tema.
El único compositor realmente moderno del que he hablado ya, es Samuel Barber, y la obra que puse, realmente conocida, el “Adagio para cuerdas” se puede decir que entra sin ningún tipo de condicionamientos en el clasicismo, pero en el siglo XX han pasado muchas más cosas en la música culta.
Hablamos de dinero ¿cómo sobrevive un músico?
Se puede decir que como en muchas otras artes, durante siglos han sobrevivido por mecenas, ya sean religiosos si eran obras sacras, o nobles si eran obras de entretenimiento, a eso se le llama trabajar por encargo...era muy común el puesto de director de coro u organista para tener una estabilidad económica.
Existen las obras que uno compone por gusto, sin afán de que sean interpretadas.
También está cuando uno trabaja por cuenta propia, compra un teatro y vive de las actuaciones que da, aunque claro, terminaban arruinados casi todos.
Realmente este trabajo siempre ha sido una ruina, Mozart acabó muy mal, Bach dejó a su viuda con una mano delante y otra detrás, Haendel se arruinó varias veces, y muchos casos más.
Pero aparece la ópera moderna, con Verdi (y Wagner en menor medida), el pueblo empieza a ir a los teatros a escuchar historias teatrales cantadas. En España pasó algo similar con la zarzuela.
Luego la música culta pasó a estar subvencionada por el Estado (como pasó en la URSS por ejemplo).
Pero atención, se generaliza comercialmente la música popular, esos que hasta hace poco han ganado fortunas por vender discos.
La música culta tiene apenas pocos caminos para sobrevivir:
- Hacer trabajos más populares para sobrevivir y componer música culta a perdida.
- Trabajar en temas relacionados pero no directamente compositivos (profesores de música, dirección de orquestas, arreglos).
- Vivir de subvenciones o premios.
- El cine.
Y es el cine de lo que quiero hablar, porque aunque evidentemente el cine representa una “popularización” de la música culta, hay casos especiales de composiciones que realmente están a la altura del resto de la música culta, cosa que también depende mucho de lo comercial que sea la película, más comercial implica más popular.
En esto nos encontramos con Michael Nyman, que aunque un purista lo expulsaría a las tinieblas exteriores de la música, yo no llego a tanto y se puede considerar que su música entra dentro del clasicismo (o casi). Tampoco es que sea de mis preferidos, porque lo veo muy “pastelero”, que quiere decir que suele seguir caminos muy facilones, pero eso no quiere decir que todo lo que ha hecho sea igual, hasta un pastelero torpe hace un pastel rico de vez en cuando, aunque sea por casualidad.
No voy a hablar de “Las lecciones de piano” de Michael Nyman, aunque para quién tenga ganas de escucharla aquí dejo esto:
Hablaré de la Banda sonora de la película “Drowning by numbers” (1988) de Peter Greenaway ("Conspiración de mujeres” en castellano).
El estilo compositivo de Nyman es el minimalista, y habrá quién lo sepa, pero para quién no lo sepa el minimalismo es la orientación artística que promueve la desaparición de lo accesorio y quedarnos con lo esencial, de forma que se esquematice, es el arte de quedar con lo mínimo imprescindible.
La banda sonora de “Drowning by numbers” es un ejemplo de minimalismo musical, que se caracteriza por:
- Repetición continua frases musicales cortas, con mínimas variación.
- Movimientos lentos.
- Busqueda de una armonía tonal.
- Rítmica constante, cadencioso.
Aunque claro, no todas las canciones siguen a rajatabla estas características (sobre todo la lentitud, que en un par de casos es rápida), pero en todas se observa el respeto por el mínimo, siempre muy esquemático y repetitivo, buscando la armonía, que unifica toda la obra.
El último audio es el de los títulos de crédito, que como suele pasar muchas veces es un popurrí hilando los temas de los diferentes corte, en el se vé muy claro la unidad de la obra.
Saludos...el próximo día volveré a ponerme serio y dejaré estas veleidades cinematográficas modernas.
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