viernes, 22 de mayo de 2009

Yo tenía algunos años menos.

Y me gustaban cosas así:



















Preludio del primer libro de "Clave bien temperado" de Bach.

A estas alturas de la película a nadie va a sorprender mi admiración por Bach, muy por encima de cualquier otro compositor.

Una de esas miles de obras de Bach que nos llenan es esta:



El preludio del primer libro del clave bien temperado, aunque en realidad toda la obra del clave bien temperado nos llena.

Pero el tema no es hablar de eso ahora, sino más bien, hagámonos una pregunta ¿qué nos sugiere la música que escuchamos? tan sólo pensémoslo un momento, no es necesario decir nada.

Pues eso mismo es lo que debió planteárse el francés Charles Gounod, tanto es así que cogió la obra de Bach y arregló un aria (un aria sin ópera, que es lo normal) con la letra oficial del Ave María en latín.
Y le fue mal la cosa porque resultó esto de su trabajo:



Tanto que ahora es uno de esos himnos vaticanos que tanto escuchamos en momentos solemnes.
Se puede decir que esto es música de fusión excelente.

Ah, y se me olvidaba decir, Bach era luterano.

jueves, 21 de mayo de 2009

Una cosilla curiosa.

Todo el mundo conoce el canto gregoriano, ya sea en sus formas originales o en sus “degeneraciones” posteriores...¿pero el canto ambrosiano?

La importancia de estos cantos está en que son una forma de catequizar al pueblo de una manera sencilla, porque con la música aprenden de modo más sencillo las escrituras.

El canto gregoriano tiene sus orígenes en el siglo VIII pero su codificación se realizó en el siglo XI y XII, pero antes de aquello había otros cantos de las iglesias locales, como el ambrosiano, en este caso de la Iglesia de Milán, desde el siglo IV.
Todo estos cantos se entienden como una extensión del rito nacional, el canto es ambrosiano porque la Iglesia de Milán tiene un rito propio, al igual que la Iglesia de Toledo tiene un rito y un canto propio (ahora incomprensiblemente llamado mozárabe), y la propia Iglesia romana tenían un rito y canto propio.
Pero desde Roma se crea el rito romano, el nuevo de entonces, diferente de su propio rito antiguo, que en el canto se traduce en ese gregoriano, llamado así no porque Gregorio Magno fuera su autor (es muy anterior), sino porque es él quién ve la necesidad de crear un canto oficial para la Iglesia.

Con la imposición de ritos, se vetan los otros (claro, eso en España no sucede en gran parte por la presencia morisca), y hasta hace relativamente poco tiempo con la readmisión al uso de los ritos antiguos, se vuelven a conocer esos cantos relacionados.

El canto gregoriano es una mezcla de tradiciones, un poquito de los salmos judíos, un mucho de los cantos romanos previos, otro poco de otros cantos occidentales, es un canto no instrumental cantado por solista o coro, que se caracteriza porque el texto se impone a todo lo demás, a la rítmica y a la melodía, siendo esta una melodía sin variaciones bruscas de tono (medio tono o un tono entre notas consecutivas).
El canto ambrosiano, en realidad tiene mucho que ver con eso, es no instrumental, cantado por solista o coro, sólo tiene una melodía (no hay polifonía), y el texto tiene la misma importancia condicionando todo lo demás...pero sin embargo es diferente por sus orígenes, porque el gregoriano es obviamente más occidentalizado, mientras que en la Iglesia milanesa se consideró tomar los salmos (el orígen de todo canto religioso judeo-cristiano) judíos y tomar ese espíritu “melódico” directamente, haciendo que suene de una manera totalmente diferente.
Ojo, al final lo de la una sóla melodía es un decir, tanto el ambrosiano como el gregoriano evolucionaron hacia formas polifónicas.



(Bueno, sí, hay una segunda voz que hace de bajo continuo, una pequeña concesión para que el solista no quede solitario).

La letra:
Dixit Dominus Domino meo sede a dextris meis donec ponam inimicos tuos scabillum pedum tuorum.
Virgam virtutis tuae emittet Dominus ex Sion dominare in medio inimicorum tuorum.
Tecum principium in die virtutis tuae in splendoribus sanctorum ex utero ante luciferum genui te.
Iuravit Dominus et non paenitebit eum tu es sacerdos in aeternum secundum ordinem Melchisedech.
Dominus a dextris tuis confregit in die irae suae reges.
Iudicabit in nationibus implebit cadavera conquassabit capita in terra multorum.
De torrente in via bibet propterea exaltabit caput.

Otra:

miércoles, 20 de mayo de 2009

"Vuelo del moscardón" de Rimski-Korsakov.

¿Quién no se ha escuchado alguna vez esto?



Formalmente es otro estupendo ejemplo de música descriptiva, ¿quién no se imagina el insecto siguiendo ese vuelo agil, y algo incierto que siguen estos bichos? subidas, bajadas en un mundo dónde todo es más grande que él.

Técnicamente esa ilusión se crea con esa sucesión enloquecida de notas, no es la melodía, esta sólo es un elemento de contraste, como esos contrastes de intensidad tan seguidos, el protagonista es el ritmo, esa sucesión frenética de notas
Una obra así requiere de un virtuosismo tal para poder estar atento a todas las variables que usa el compositor en la pieza...pero el ritmo tampoco sería nada sin esos otros contrastes, quedaría como algo lineal, mientras que al escuchar esto nuestra imaginación nos lleva a un vuelo realista.

Procede de la ópera “El cuento del Zar Saltán”, y esta pieza corresponde al momento en que el hijo del Zar adquiere el poder de transformarse en moscardón y va a visitar a su padre porque no sabe si está vivo o no.