Ya que pongo la Marcha de funeral de la reina María de Purcell, viene a cuento hablar de música electrónica...comparar con esto:
Eso es de "La naranja mecánica" de Stanley Kubrick.
Me gusta la película, y aunque considero que Stanley Kubrick era un pedante de tomo y lomo, la película requería una música especial, porque la música es parte protagonista de la historia. Perdí hace unos años el CD de la banda sonora, pero la verdad es que era un conjunto muy curioso de piezas:
- Piezas clásicas como las de Beethoven cuando le condicionan.
- Piezas clásicas/electrónicas, como esta o la Obertura de Guillermo Tell.
- Piezas modernas, como Singin’ in the rain.
Evidentemente con las músicas nos hablan de las alteraciones mentales en los individuos y de su degeneración.
Ahora bien, fuera de la película, la música electrónica tiene sus problemas a nivel técnico musical (aunque yo admito que también me gusta incluso la música electrónica moderna).
Los sonidos son frecuencias que llegan a nuestros oídos atravesando el aire en forma de notas, y cada instrumento tiene un cariz que lo diferencia de los demás ¿técnicamente que diferencia una flauta de un violín? la respuesta son los armónicos.
Un instrumento al emitir un sonido emite la frecuencia principal, pero también emite armónicos, que son múltiplos de la primera, y lo que diferencia unos instrumentos de otros son los armónicos que lleva consigo.
Y el problema de las música electrónica es esencial, los sintetizadores carecen de armónicos...dicho claramente, la música electrónica carece de profundidad armónica, es una música “bidimensional”.
En realidad esto no es totalmente cierto, con el desarrollo actual, el problema de los armónicos se va solucionando, porque emiten simulaciones de armónicos sobre la frecuencia principal, pero claro, un piano emite sus armónicos de forma natural y un sintetizador imitando un piano los simula, y la simulación tiene siempre un límite que la naturaleza no tiene.
Hasta aquí queda el apasionante tema de la música electrónica.
Saludos.
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