jueves, 26 de marzo de 2009

Violas y violas.

Aprovechando, voy a poner una pieza de Haydn, que para algo este año es el 200 aniversario de su muerte, y hablar un poquito de instrumentos.
Ahí va una cosilla:



Allá a finales de la edad media, renacimiento, instrumentos de cuerda hay miles, para pulsar, rasgar, frotar con arco...de estos últimos quedémonos con un nombre, la viola.

Como en todo en esta época, no deja de ser una sociedad clasista, están los nobles y están los plebeyos, no es lo mismo un divertimento para nobles que para plebeyos (y de la Iglesia ni te cuento). En un razonamiento básico, podemos imaginar a los nobles en sus salones escuchando música del tipo que sea, mientras a los plebeyos los imaginamos en la plaza del pueblo, o en una taberna.
Sabiendo esto, ¿necesita un instrumento estar adaptado al medio en que va a tocar?, bueno, necesidad, lo que se dice necesidad no hay, pero sin duda al interprete, le resultarán más comodas unas cosas que otras, y no vamos a confundir a un juglar con un trovador, un músico casi podría decirse que tiene una clientela estanca.

¿Qué necesitará un músico en un ambiente popular?, pues claramente necesita agilidad de movimientos, tanto a nivel personal, como a nivel de interpretación, o sea, necesita un instrumento de brazo, porque es un músico que comparte el espacio con la plebe y puede tocar melodías muy movidas.
¿Qué necesitará un músico en un ambiente noble?, todo lo contrario, es una música estática, sea luego lo que interprete como sea, aunque sea una danza, pero el músico interpreta y no interactua con los escuchantes...por tanto, es más cómodo tocar sentado, y le viene bien un instrumento de pierna.

Todo esto va evolucionando y se multiplican los instrumentos de cada tipo, pero sin tipo alguno de sistematización.
En el siglo XV, aparece la viola da gamba (ya me veo venir a los graciosos), o sea, viola de pierna y toda su familia, instrumentos aristocráticos, que son estilizados, deben ser cómodos para tenerlos entre las piernas (por eso las hendiduras en el cuerpo del instrumento), con trastes en el mástil, con sonido delicado, pero con poco cuerpo, esta forma tiene su lógica, al tocarla sentado, su evolución tiene hacia la altura por comodidad, mientras que la anchura no puede ser grande por la presencia de las piernas. De esta familia aparecen muchos instrumentos, clasificados por su tesitura (agudeza o gravedad), y a veces por criterios puramente regionales.

La otra cara de la moneda, la popular, es algo posterior, en el siglo XVI aparecen las primeras violas “clásicas” y en el XVII aparece la familia entera de la viola, violín, violoncello, violón y contrabajo. Su forma es achatada, de cuerpo más rotundo, ancho, y sin trastes en el mástil, esto hace que su sonido si bien no sea tan delicado, si sea mucho más profundo por tener una caja de resonancia mejor, y la interpretación sea más fluida por la carencia de trastes.
Esta forma es lógica, son instrumentos que en principio se hicieron para ser tocados con brazo, por lo que su longitud no podía ser grande, pero no había problema con su anchura.
Claro, ahora se dirá: “pero el contrabajo y el violoncello se toca de pierna, no de brazo”...pero eso tiene su explicación. Estamos en una época en la que ya se empieza a sistematizar el conocimiento en todo ámbito, y en la música no va a ser menos, y en la Italia de aquella época más, grandes músicos italianos hubo en aquella época. Estos ignoraron la división social y fueron a lo esencial, comparar el sonido de las violas de pierna con las de brazo, y prefirieron las segundas por su superior resonancia.
El siguiente paso es lógico, crear descendientes de la viola que toquen tesituras graves, lo que se hace aumentando el tamaño del “bicho”, y claro, eso no se puede tocar de brazo, pero su forma seguirá siendo la equivalente a la de una viola de brazo. O sea, un violoncello es una viola de brazo grande, que es incómoda para las piernas (es el interprete el que se adapta al instrumento y no al revés), pero que esto se aguanta por sus virtudes sonoras.

Aunque en ciertas zonas hubo renuencia a la adopción de los nuevos instrumentos italianos, y en la época de transición los compositores intentaron aprovechar las virtudes sonoras de cada tipo, al final se terminó imponiendo la familia de brazo, que es la que conocemos hoy, por su superior sonoridad, y porque la delicadeza se puede suplir con virtuosismo del interprete.
Actualmente se intenta recuperar la viola da gamba como instrumento, pero a nivel de fundaciones de música antigua más que a nivel de la gran música clásica, y el timbre del instrumento tampoco ayuda mucho a su integración.

Lo que sonó en el vídeo anterior es un bariton, un instrumento da gamba de tesitura grave intermedia (digamos que el equivalente al extinto violón, entre violoncello y contrabajo).
Otro divertimento de Haydn partido en tres:





1 comentario:

  1. Buenos días GRONCHI:

    Te noto más animado con el blog, me alegro por ello, ya que así disfrutamos de tus conocimientos que son muchos y de la muscia que cuelgas.

    Un abrazo

    ResponderEliminar