lunes, 31 de agosto de 2009

Marcello

Concierto para oboe y cuerda en Re minor de Alessandro Marcelo:



Alessandro Marcelo fue un...estooo...la palabra correcta sería diletante, para los que no seamos filólogos:
Diletante en el DRAE (Del it. dilettante, que se deleita).
1. adj. Conocedor o aficionado a las artes, especialmente a la música. U. t. c. s.
2. adj. Que cultiva algún campo del saber, o se interesa por él, como aficionado y no como profesional. U. t. c. s. U. t. en sent. peyor.

Diletante en ambos sentidos a decir verdad, porque era matemático, físico, literato, pero en lo que fue más notable fue precisamente en la música.
Tenía el punto de vista, que un noble como él, e italiano (de Venecia) en una época en que la influencia renacentísta aún no había desaparecida (época barroca), debía ser el noble caballero culto, que cultivara las artes nobles...tanto es así que él despreciaba a los profesionales, aquello que fuera producto del dinero era despreciable, cosa que pasaba claro está con la generalidad de los músicos, que trabajaban para vivir.
Por tanto ¿su profesión? ser noble ¿su entretenimiento? todo lo demás, en su mayoría mediocre, salvo en el caso de la música.

Es contemporaneo del también veneciano Antonio Vivaldi, “el cura rojo”, al que se le compara muchas veces, y claro está, Vivaldi es incomparablemente mucho mejor compositor, pero eso no quita que Marcelo sea un buen compositor, e interesante. Este hecho en realidad lleva la contraria a la teoria de Marcelo, sobre que el arte por dinero es peor que el arte “por amor al arte”, valga la redundancia, porque Vivaldi fue un sacerdote que apenas celebró misas, sino que vivía de su arte, mientras el era un noble que se entretenía haciendo “cositas”.

El concierto en Re menor para Oboe y Cuerda es su obra más conocida, una típica obra barroca con su bajo continuo y sus contrapuntos barrocos.
El re menor es una tonalidad oscura, y normalmente suele verse como una representación de la tristeza, lo que en el segundo movimiento del concierto, el adagio, queda claro, aunque no siempre tiene porqué ser así, sino que queda como algo oscuro y serio, sin mayores implicaciones, como se vé en el primer movimiento.

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