jueves, 10 de septiembre de 2009

Concierto nº1 para piano de Tchaikovsky

Por petición, toca el archiconocido Concierto nº1 para piano de Tchaikovsky (en Si bemol menor).

Primero enlaces:








Comentario sobre ellos, a pesar de que a veces la calidad del sonido no es la mejor, y que hay algún corte, la interpretación es muy buena.

A ver, cosas que decir sobre la obrita:
La base de la obra es la contraposición del piano sobre la orquesta, que en casos es muy evidente, pero incluso cuando parece que el piano sólo acompaña la armonía, en realidad la orquesta siempre está subordinada. Para darse cuenta de eso tan solo hay que fijarse en que el sonido del piano siempre está en primer plano y a veces algún instrumento “se le acerca”.
La verdad es que es una pieza muy exigente para el pianista, y no cualquiera puede tocarla (bueno sí, pero no satisfactoriamente).
Esta pieza en realidad es una unión de canciones folkóricas populares, tomadas de ámbitos diversos, pero evidentemente arregladas y orquestadas para que formen una unidad.

La parte más conocida es la inicial, que según contaba el mismo Tchaikovsky, basó en una melodía que escuchó a unos músicos callejeros, pero es que esta parte tiene un problema respecto a la obra, aparentemente, no tiene nada que ver con lo demás, tanto es así que la obra está en tonalidad de Si bemol menor y la parte inicial está en Re bemol mayor, sea, frente al cariz oscuro de toda la obra, el inicio es grandioso.
Pero esta es una obra muy secretista, en cierto sentido juguetona, porque aparenta que esa primera melodía es independiente al resto de la obra, pero en realidad no, porque los nexos están escondidos en esos momentos melódicos arrebatados que tiene la obra , para que la gente piense “Este Tchaikovsky es un compositor inspirado”, como queriendo llamar al romanticismo aparente de la situación, pero en realidad oculta con esto esas argucias técnicas. Casi parece que quisiera engañar al que escucha.
En resumen, parece una cosa que no es, porque lo que es está escondido para que no lo parezca.

Tchaikovsky pensó la obra para dedicarla y para que fuera interpretada por el pianista Nikolai Rubinstein.
Cuando este vio la pieza pensó que era una bazofia en todo aspecto, pero que si accedia a reformarla a su gusto, la tocaría...dolido, el compositor se negó.
Pero las vueltas que da la vida, la pieza fue estrenada en Estados Unidos, quedando muy contento Tchaikovsky, y la verdad es que tuvo que tener éxito, porque cuando tiempo después fue estrenada en Rusia, le tocó a Rubinstein primero dirigir, y luego interpretarla al piano, a pesar de sus reticencias por la obra que iba a estar dedicada a él mismo, aunque al final no fue así. Quedó el compositor por encima de los caprichos de prima donna que tienen los solistas.

Ay, Pedrito, que sensiblón que eras.

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