Apenas unas semanas antes del estallido de la Primera Guerra Mundial Gustav Holst terminó la composición de "Mars: The Bringer of War", primer movimiento de la Suite "The Planets", que vista tuvo el hombre (los demás los fue componiendo en años sucesivos).
Como las suites son una colección de elementos contrapuestos, Marte tiene su opuesto, que es "Venus: The Bringer of Peace".
"Mercury: The Winged Messenger" y "Jupiter: The Bringer of Jollity" son las partes intermedias de la obra, digamos que las obras largas pueden ser tomadas muy en serio y se suele colocar alguna parte más ligera, no en profundidad de la obra, sino en agilidad melódica e interpretativa, aunque el de los dos, el segundo es más serio,a aparte de ser el movimiento más conocido de la obra.
"Saturn: The Bringer of Old Age" es el movimiento dónde Holst echa el resto en su estilo interpretativo
"Uranus: The Magician", tras Saturno, se requiere otro movimiento ágil que haga de contraste tras el anterior y el último, esa es la base de una suite.
"Neptune: The Mystic"
Y Plutón fue descubierto en 1930, así que no entra en la suite, aunque en el año 2000 se le añadió un octavo movimiento, "Pluto: The Renewer", aunque estilísticamente no tiene nada que ver con la suite, lógico, porque la compuso otra persona en otra época.
Aunque algunos títulos de los movimientos puedan llevar a engaño, esto no tiene nada que ver con los dioses grecorromanos, Marte no es el dios Marte, dios de guerra, ni Mercurio es el dios mensajero de los dioses, pero tampoco es una interpretación astronómica, porque si lo fuera ¿dónde está la Tierra?.
Gustav Holst fue desde joven una persona curiosa en términos místico-religiosos, aficionado a la Teosofía, movimiento que sostiene que todas las religiones son facetas de una misma realidad interpretadas desde una realidad social e histórica diferentes, y lógicamente una de esas facetas es la astrología, interpretaciones astrológicas de lo que representa cada planeta.
Sobre cada interpretación se deplegan unos calificativos en el título del movimiento, y alrededor de esos calificativos se despliga una musica que quiere representalos.
Una evidencia de esta idea es que en el libro "The Art of Synthesis" del teósofo y astrólogo Alan Leo, el nombre del capítulo sobre Neptuno es exactamente el mismo que en la suite de Holst.
A lo más que se puede llegar sobre la interpretación de la suite es que es una metáfora de las fases de la vida, con Marte como un doloroso principio (parto), Venus una pacífica infancia, Mercurio como muestra del cambio en la adolescencia, Jupiter la muestra de la edad adulta pero aún joven, Saturno el principio de la vejez, Urano una ancianidad en la que igual ya se nos ha ido un poco la cabeza y nos convertimos en el abuelo algo locuelo, y Neptuno, que es de una enorme quietud, como la espera de la propia muerte o incluso el transito hacia ella.
Teniendo en cuenta que es la misma época que Schoenberg y Stravinski, la obra tiene muchos usos no armónicos, giros extraños, pero más similares a Stravinski, manteniendo una estética más estandar, que a la total amorfidad de Schoenberg.
Curiosamente Plutón, que el mismo Holst se negó a componer en sus últimos años de vida (Holst fue un One Hit Wonder y terminó odiando esta obra porque nunca tuvo el mismo éxito), y aunque la composición es claramente moderna y no tiene nada que ver con el resto de la obra, el título está estupendamente escogido, Plutón, el renovador, esto es otro ejemplo de Teosofía, de parte del hinduismo en el que Holst estuvo muy interesado en vida. Desde este punto de vista, la muerte, destrucción, es necesaria para el nacimiento, como en el samsara hindú, pero esto queda más allá de la propia obra ya que como dije ni Holst quiso componer un Plutón.
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