lunes, 22 de junio de 2009

Obertura 1812,

1812 no es un ordinal sobre las composiciones de un autor, sino un año.
¿Y qué pasaba por el mundo el año 1812? pues que un corso con mala leche tenía un dolor de cabeza y un dolor donde la espalda pierde su noble nombre, España y Rusia, respectivamente.

Siendo la obra de Piotr Ilich Tchaikovski evidentemente la Obertura 1812 no va sobre España...evidente, evidente.

Lo curioso de esta obra es que toma prestamos de otras obras para representar “gráficamente” la evolución de las guerras napoleónicas en Rusia. Así toma cantos religiosos, toma himnos como “La Marsellesa” y el “Dios salve al Zar” para representar esos momentos famosos.

También es muy conocida por su uso en la parte final de campanas y cañones, que en un auditorio cerrado no se pueden usar porque sino el otorrino que se pusiera en la puerta al salir la gente del auditorio, se forraria. Para eso se usan timbales en vez de cañones, porque de hecho la obra esta compuesta para timbales, no para cañones.

Ahí va el enlace:





Empieza con una pieza religiosa ortodoxa, porque las noticias de la invasión fueron dadas en las iglesias de todo el imperio ruso, porque iglesias no faltaban.
La Melodía cambia, asciende...la gente se levanta, deseos de victoria frente al invasor, la defensa se prepara...la música se acelera, la gente corre.
Llegan los franceses, los ejercitos cargan, los cornos suenan, luchas, la melodía muere, los franceses vencen, ¡espanto! y suena La Marsellesa, el ejercito invasor.
Pero las luchas tienen que seguir, los rusos resisten como pueden (suena una melodía rusa folkórica)...y al final los rusos consiguen vencer, el ejercito invasor huye, tocan a retirada, suenan los “cañones” de los rusos persiguiendo al ejército invasor fuera de la sagrada tierra rusa.
La Marsellesa suena cada vez con menos fuerza, por su huída.
Suenan fuegos artificiales, la algarabía de la gente, las campanas suenan por la victoria rusa...y mientras eso sigue suena el himno ruso zarista, con fuerza, en contraposición a La Marsellesa anterior. Y las celebraciones siguen y siguen...terminando en tu más alta grandeza de celebración.

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